Speakers' Corner

Inteligencia artificial

19 sep. 2024 — 11:00 A 22:00
20 sep. 2024 — 11:00 A 22:00
21 sep. 2024 — 11:00 A 22:00

Montera, 47

En colaboración: Fundación Telefónica Yamaha

De la mano de Marta García Aller, periodista y escritora, queremos explorar esa mezcla de admiración y miedo que produce el desarrollo de la Inteligencia Artificial. No es la primera vez en la historia que se generan incertidumbres alrededor de un desarrollo tecnológico. Ya vivimos experiencias similares con la energía nuclear, por ejemplo, a partir de los años 40 del pasado siglo. Como en ese y en otros muchos casos, la primera preocupación es quién controla el artefacto, quién se hace cargo de asumir las responsabilidades de su uso. En el caso de la IA, a este miedo se suma otro de distinto tipo. La IA parece capaz, en el corto plazo, de tomar conciencia de sí, de establecer sus propios objetivos y defender sus propios valores. ¿Es esto así? ¿Asistimos al comienzo de una nueva ética? ¿de una nueva forma de inteligencia no-humana capaz de razonar mejor que nosotros en todos los órdenes de la vida? Para amenizar estos miedos, contaremos con la interpretación automática de una pieza de Satie especialmente preparada para la ocasión por la Escuela Superior de Música Reina Sofía: sus Vexations.

(Habrá un descanso todos los días de 13:00 – 18:00)

Hablemos de la inteligencia artificial que hace hablar a las máquinas y tanto inquieta a los humanos… ¿es o no es para tanto? ¿De verdad va a poner el mundo patas arriba o solo es una especie de Rincón del Vago más sofisticado? A ratos parecen inteligentes, pero a menudo se equivocan. Y mienten. Mienten mucho. ¿Qué efectos puede tener una máquina de desinformación tan sofisticada? ¿Y en la creatividad? ¿Dónde están los límites de la inteligencia artificial? ¿Y de la credulidad humana? 

La mejor manera de entender el riesgo de la Inteligencia Artificial no es acordarse de Terminator, ni de Hal 9000 ni de las cartas anunciando el apocalipsis de los expertos en IA que amenazan con destruir empleos y, ya puestos, la humanidad. La mejor manera de entender a qué nos enfrentamos son los libros. No los libros en general, los libros de setas. 

Un titular: Piden a los buscadores de setas evitar los libros en Amazon que parezcan estar escritos por Inteligencia artificial. Cuando hablamos de setas potencialmente venenosas pues, claro, es más obvio que la desinformación mata. Varios de esos libros de cómo cocinar con setas silvestres se referían, como método de identificación de si una seta es comestible, al ‘sabor’. La inteligencia artificial a lo mejor no entiende esa vieja ironía de que todas las setas son comestibles, pero algunas solo una vez. 

Hace tiempo que expertos en IA y empresarios detrás de su desarrollo advierten de que la inteligencia artificial puede llevarnos a la extinción. Pero, entre tanto, eso lo sobrellevamos bien doblando al inglés a Chiquito de la Calzada con la última app de moda. La ventaja de creer que la IA amenaza con la extinción, además, es que hace que todos los demás riesgos parezcan poquita cosa. 

La IA está avanzando cada vez más deprisa, pero no lo hace la regulación ni el análisis de los cambios que trae consigo en el debate público. Y con la IA al alcance de todos, en vez de preguntarnos qué pasa si las máquinas se vuelven realmente inteligentes, lo más urgente es preguntarse qué riesgos corremos cuando cae en manos de imbéciles y demás humanos de poco fiar. No es la inteligencia artificial la que amenaza con sembrar el caos en la humanidad, los humanos somos perfectamente capaces de hacer ese trabajo nosotros solitos. 

¿Y las emociones? En la sede de Google, en Mountain View, vi hace unos años unas flores artificiales que cambiaban de color dependiendo de si los humanos que nos acercábamos a ellas sonreíamos o fruncíamos el ceño. No era un simple entretenimiento para visitantes curiosos, sino un entrenamiento soterrado de un negocio millonario. Hace mucho que las tecnológicas están entrenando sistemas de inteligencia artificial para la identificación de las emociones. 

Eso que en ‘Minority Report’, aquella película de Steven Spielberg que hace 20 años era ciencia ficción, ya existe. El objetivo no solo es la seguridad. El verdadero filón de la detección de las emociones es el de la persuasión. Con los mensajes publicitarios servirá para vendernos más cosas, pero el truco podría funcionar también con mensajes políticos. La distopía se escribe sola. 

¿Podrán las empresas no solo detectar, sino también cambiarnos las emociones con fines comerciales? ¿Qué consecuencias pueden tener los deep fake en nuestro estado de ánimo? ¿Podrán las empresas controlar nuestras emociones?

En la sede de Google también hace años que tienen pianos que no solo se tocan solos, también componen sus propias sinfonías. ¿Es eso música? Sí ¿Pero es arte? Tendremos que ir redefiniendo poco a poco qué significa la creatividad cuando las máquinas ya son capaces de escribir, de tocar y de pintar. Lo que seguro puedo confirmaros es que he visto tocar música en estos años a varias máquinas de inteligencia artificial y nadie aplaude a los robots. 

Jueves 19 de septiembre 19h

Viernes 20 de septiembre 12h30

Sábado 21 de septiembre 12h

El sábado 21 de septiembre podremos disfrutar de la interpretación de Vexations de Satie, a cargo de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, en un piano Yamaha C2X Disklavier que reproducirá la pieza de manera automática.

Los Speakers’ Corners del Festival de las Ideas son espacios abiertos donde cualquier persona puede tomar la palabra y compartir sus ideas. Estas instalaciones efímeras, ubicadas en el centro de Madrid, estarán activas durante todo el festival y contarán con la presencia de figuras destacadas que guiarán los debates sobre diversos temas. ¡Una oportunidad para que todos puedan ser escuchados!