Entre la técnica y el arte, entre la disciplina cotidiana y la inspiración genial, el ejercicio colectivo de la ópera representa uno de los logros estéticos más ambiciosos de la historia de Occidente. El discurso dramático-musical humanista, configurado en las academias renacentistas con el objetivo de replicar el aspecto de la tragedia clásica griega, sigue evolucionando hasta hoy en espacios creativos como el Teatro Real, uno de los principales coliseos de ópera del mundo. Con una personalidad muy definida y en diálogo constante con grandes teatros de otros países, las pasiones catárticas aristotélicas de la compasión y el miedo conviven así sobre la escena madrileña con emociones de todos los calados -joviales y apacibles o airadas y tormentosas- expresadas en los discursos musicales y gestuales más diversos, y ayudadas por elementos técnicos que van desde trucos ancestrales de la tradición teatral europea hasta recientes innovaciones digitales.

El recorrido que proponemos profundizará en el lenguaje de la ópera a partir de la comprensión presencial de los espacios escénicos y técnicos que le permiten alcanzar sentido, mientras procuramos descifrar la experiencia interior del intérprete operístico.